Tarta clásica del recetario inglés en una versión adecuada al recipiente, y sin horno porqué todo se ha cocinado previamente. Una base de masa sablé, caramelo salado (toffee), plátanos caramelizados, nata montada con topping de sésamo y almendras tostadas.
Ya comentamos en otra ocasión que hay que probarla para quererla ... así que a la tarea. Prepararla en monodosis tiene el valor añadido de no darse un atracón de entrada, aunque si la quieres mucho siempre te puedes comer más de una.
Ingredientes
Para la masa sablé
- 175 g de harina
- 75 g de azúcar glass
- 140 g de mantequilla
- 1 yema de huevo
- 1 yema cocida
- sal
Para el caramelo salado
- 150 g de azúcar
- 200 ml de nata
- 50 g de mantequilla
- 1 cucharada de sal
- 4 plátanos medianos
- 2 cucharadas de azúcar moreno
- 200 ml de nata líquida
- 2 cucharadas de azúcar glass
- 1 cucharada de leche en polvo
- 1 cucharadita de extracto de vainilla
Preparación
La masa sablé
Colocar en un bol la mantequilla cortada a dados y el azúcar glass y mezclar hasta integrar. Añadir la yema de huevo fresca y rallar encima la yema cocida y mezclar todo bien.
Tamizar encima la harina y la sal y mezclar hasta integrar los ingredientes y conseguir una masa de textura arenosa. Retirar del bol, colocar sobre un film plástico, compactar y envolver. Reservar y enfriar en la nevera durante un par de horas.
Sacar de la nevera, retirar el film y, con ayuda de un rodillo de amasar, estirar bien la masa hasta conseguir una lámina fina (3 o 4 milímetros). Marcar cuadrados pequeños para que sea más fácil cortarlos después de la cocción. Enfriar en la nevera durante 30 minutos.
Precalentar el horno a 170º.
Cocer durante 10 minutos, vigilando que no se tueste demasiado. Retirar y dejar enfriar sobre una rejilla.
El caramelo salado
Preparar los ingredientes para tenerlos a mano.
En un cazo al fuego ir calentando la nata hasta el punto de ebullición.
Colocar el azúcar en otro cazo a fuego medio, remover lo menos posible con una espátula o cuchara de madera, para que se vaya fundiendo por igual. Cuando alcance un tono tostado claro retirar el cazo del fuego y verterle encima la nata caliente con mucho cuidado de no quemarnos, y remover para integrar.
Calentamos la nata para que cuando la mezclemos con el caramelo el contraste de temperaturas no sea muy grande, y podamos trabajar con mayor seguridad y evitar que el caramelo se endurezca.
Volver a colocar el cazo al fuego, añadir la mantequilla y la sal y mezclar bien. Mantener la cocción a fuego medio-bajo, dos o tres minutos para que se integren bien todos los ingredientes y reduzca un poco la nata. Retirar del fuego y dejar enfriar. Se irá espesando un poco a medida que pierda temperatura. Cuando alcance la temperatura ambiente conservar en la nevera.
Los plátanos caramelizados
Los plátanos deben estar firmes, si están maduros pueden deshacerse den el proceso de caramelizado. Pelar y cortar los plátanos en rodajas de unos 2 centímetros aproximadamente.
Colocar una sartén en el fuego y calentar el azúcar. Cuando esté líquido y empiece a caramelizar añadir los plátanos y cocer en el azúcar un par de minutos por cada lado. Retirar del fuego y reservar.
Colocar una sartén en el fuego y calentar el azúcar. Cuando esté líquido y empiece a caramelizar añadir los plátanos y cocer en el azúcar un par de minutos por cada lado. Retirar del fuego y reservar.
El topping de nata
Colocar la nata bien fría en un bol y batir hasta montar. Tamizar encima el azúcar glass y la leche en polvo (dará estabilidad a la nata montada) y el extracto de vainilla. Batir suavemente para integrar los ingredientes. Colocar la mezcla en una manga pastelera con boquilla rizada. Reservar en la nevera hasta que vayamos a utilizarla.
Los vasitos
Con todas las preparaciones listas vamos a montar los vasitos.
Colocar en el fondo unas piezas de masa sablé. Cubrir con una capa de caramelo salado (toffee). Poner encima una capa de plátano caramelizado. Cubrir y decorar con la nata montada.
Tostar previamente unas semillas de sésamo y unos palitos de almendra y espolvorear por encima para el acabado final.
Si hacemos en cantidad y no los vamos a consumir se pueden congelar. Para conservarlos mejor se pueden cerrar con unas tapas termosellables tipo yogur (accesibles en tiendas especializadas y por internet), a las que se aplica calor con una plancha.
Listos para disfrutar.
Y si te gusta la idea, aquí tienes más propuestas para tus postres en vasitos individuales (se accede a la receta haciendo clic en el nombre)
Estos vasistos llevan muchas capas de texturas y sabores diferentes, seguro que la combinación debe ser para no perderse o para una ocasión especial, pues la presentación es excelente. Besos!
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