La Castanyada se ha convertido en los últimos años en una de las fiestas más populares del calendario social, la gran fiesta del otoño. Tiene su origen en rituales dedicados al recuerdo y memoria de los difuntos, donde castañas, boniatos y panellets formaban parte de los banquetes funerarios y ofrendas que se hacían a los familiares fallecidos en ocasión del día de Todos los Santos.
Hoy nos ocupamos de los panellets, con un surtido variado alrededor del ejemplar por excelencia, el panellet de piñones. La receta es de pastelería, sin patata y sin boniato, solo almendra, azúcar y huevo. Y además de los de toda la vida hemos introducido algún sabor innovador.
La tradición completa la mesa con castañas y boniatos asados y marida el conjunto con un buen vino dulce preferentemente moscatel o garnatxa.