De vez en cuando una pizza artesana es imprescindible, y las posibilidades son tantas que a veces cuesta decidirse. Aunque gracias a las técnicas de conservación de los alimentos esta pizza puede prepararse durante todo el año, lo cierto es que es una propuesta muy otoñal: setas y trufa. Profundos sabores a bosque con el contrapunto de los quesos, una cremosa mozzarella y el punto ahumado del Idiazábal, todo un homenaje a nuestro paladar.
Ingredientes
- masa básica de pizza
- 100 g de champiñones
- 50 g de ceps (boletus edulis)
- 1 cebolla roja
- 1 diente de ajo
- 1 chile
- mozzarella
- queso Idiazábal
- virutas de trufa negra
- sal, pimienta negra
- aceite de oliva
Preparación
Elaborar la masa de la pizza según la receta básica (pincha aquí). En este caso la hemos condimentado con hierbas provenzales.
Lavar y cortar los champiñones en láminas. Picar el ajo, la cebolla y el chile en trozos pequeños.
Colocar una sartén al fuego con dos o tres cucharadas de aceite y añadir los champiñones laminados y la mitad del ajo, la cebolla y el chile aproximadamente. Salpimentar y dejar rehogar hasta que los ingredientes estén cocidos.
Colocar en el vaso de la batidora y triturar hasta obtener una pasta y reservar.
Precalentar el horno a 250º (nosotros utilizamos una piedra de hornear, pero no es imprescindible).
Cortar los ceps en trozos y rehogarlos en la sartén, con un poco de aceite y el resto de ajo, cebolla y chile, sazonar. Reservar cuando estén listos.
Cortar los ceps en trozos y rehogarlos en la sartén, con un poco de aceite y el resto de ajo, cebolla y chile, sazonar. Reservar cuando estén listos.
Cortar la mozzarella en rodajas y el queso Idiazábal en finas láminas. Reservar.
Estirar la masa de la pizza de manera que quede en una fina capa.
Extender por encima la pasta triturada de los champiñones. Colocar a continuación el preparado de ceps. Acabar con una capa de mozzarella.
Colocar la pizza sobre la piedra, o sobre la bandeja, y hornear a 250º
entre 5 y 7 minutos, hasta que la base quede dorada y crujiente,
vigilando el proceso de cerca para que no se nos queme.
Rallar un poco de trufa negra para obtener las virutas.
Retirar del horno la pizza e, inmediatamente, espolvorear la trufa y colocar las láminas de queso Idiazábal. El calor de la pizza ablandará el queso y liberará los aromas de la trufa.
Puede tunearse al gusto, variando el tipo de setas o de quesos. La trufa, por ejemplo, se puede sustituir por un chorrito
de aceite de trufa, más económico y fácil de conseguir, o bien
prescindir de él, la pizza seguirá siendo muy sabrosa.
Y como contraste a esta pizza de bosque y montaña, os dejo el enlace a esta otra que es puro sabor a mar Pizza marinera , así tenemos para todos los gustos.
Quina meravella!!! Amb ceps i tòfona, i massa de pizza de casa, ara mateix em menjaria!
ResponderEliminarUna abraçada
Palmira
Una pasada de pizza. Jo sempre les faig a casa, no compro congelades... no hi ha punt de comparació :)
ResponderEliminarpetons
esto esta buenisimo,habrá que intentar hacer una!!!!!
ResponderEliminarBesitos
Una pinta genial!!!
ResponderEliminarUna pizza extraordinaria. Con esos queso, el chile y las setas...éxito seguro. Y lo mejor de todo, con una base de masa casera. Besos
ResponderEliminarDe lujo!! Menudos sabores a la temporada que estamos!!
ResponderEliminarMe ha encantado..
Besos
Esta si que es buena!!!
ResponderEliminarBesos
Blanca de JUEGO DE SABORES