Pumpkin Tiramisu

Tiramisú, el postre de la cocina italiana por excelencia, es uno de los favoritos en casa. Contra lo que pueda parecer es una creación moderna, de mediados del siglo XX. Originario del Véneto, según las fuentes habituales de Internet, se servía en los burdeles como tentempié (ese es el significado de tiramisú) reconstituyente. En su corta vida ha ido evolucionando hasta el patrón actual: ingrediente seco, café solo o con licor, crema a base de huevos, mascarpone y azúcar, y cacao en polvo.

En esta ocasión se trataba de encontrar una nueva versión para el Desafío en la cocina de este mes, más allá del Tiramisú básico y la Tarta tiramisú con turrón de Jijona, ya publicados en el blog. La respuesta la trae el otoño: calabaza, un todoterreno en la cocina. Bizcocho de calabaza y un toque también en  la crema, y así nace el pumpkin tiramisu, todo un descubrimiento. Incorpora en la crema un poco de agar-agar, para garantizar que la textura no sufra "caídas".

Fieles a la cultura del túper, hemos montado una versión "vasito para llevar", que será la envidia de los colegas de comedor.

Ingredientes

Para el bizcocho

• 90 gr de harina
• 200 gr de azúcar
• 175 gr de puré de calabaza
• 3 huevos
• 1 c/c de zumo de limón
• 1 c/c de levadura Royal
• 2 c/c de canela
• 1 c/c de jengibre en polvo
• 1/2 c/c de nuez moscada
• 1/2 c/c de sal

Para la crema

• 250 gr de mascarpone
• 3 yemas de huevo
• 50 gr azúcar glass
• una pizca de sal
• 1 c/c extracto de vainilla
• 125 gr. puré de calabaza

Para mojar el bizcocho y montar el tiramisú

• 200 ml café
• 25 ml grappa
• 15 ml aigua de nodes (licor de nueces, opcional)
• nueces
• cacao en polvo

Preparación

El bizcocho de calabaza

Preparar la calabaza, partirla por la mitad y asarla en el horno a 200º hasta que este tierna, así es más fácil pelarla. Una vez asada, ayudándonos con una cuchara, extraer toda la pulpa y despreciar las pepitas. Triturar y reservar. (El puré de calabaza se puede preparar con antelación).

Tamizar la harina en un bol y añadir las especias (canela, jengibre, nuez moscada), la levadura y  la sal, mezclar bien. Reservar.

Ayudarse del robot o batidora (accesorio varillas) para batir los huevos. Añadir el azúcar poco a poco y seguir batiendo hasta que consigamos una crema blanca y esponjosa.

Mezclar la cucharadita de zumo de limón con el puré de calabaza. Añadir a la mezcla de huevos y azúcar y remover ligeramente.

Por último añadir el preparado de harina y los otros ingredientes, mezclar a baja velocidad hasta que se integre completamente y quede una masa homogénea.

Preparar el molde, en nuestro caso una bandeja de silicona para hacer planchas, aceitando la superficie. Verter la masa en el molde, nivelar y cocer en el horno previamente precalentado a 190º unos 15 minutos, vigilando como siempre que no se nos queme. 

Cuando esté listo, sacar del horno y dejar enfriar.

La crema

Triturar el azúcar, con una batidora, hasta conseguir el punto de azúcar glaseado (polvo muy fino), añadir las yemas y el queso mascarpone.
Calentar la mitad del pure de calabaza, añadir el agar agar y hervir durante 2 minutos hasta disolverlo bien, incorporar fuera del fuego, para atemperar, el resto del puré y sin dejar de batir añadirlo a la crema con la vainilla y la sal. Batir, con el accesorio de varillas, hasta que quede como una crema montada, poner en un bol y reservar en la nevera.

A montar!

Preparar el café y añadirle la grappa y el licor de nueces.

Picar las nueces muy finas.

Cortar, con la ayuda del aro que usaremos como molde, dos círculos de bizcocho. 

En un plato, y dentro del molde, colocar una base de bizcocho. Con una cuchara ir vertiendo la mezcla de café y licores hasta que quede empapado.

Espolvorear por encima la mitad de las nueces picadas hasta obtener una fina capa.

Verter un poco de crema y, con la ayuda de una espátula, nivelar la capa (entre 1,5 y 2 cm de grosor aprox.). 

Repetimos la operación, colocamos primero la segunda pieza de bizcocho, la empapamos con el café enriquecido, espolvoreamos nueces y colocamos la segunda capa de crema, nivelando y alisando con cuidado.

Reservamos en la nevera hasta que vayamos a consumirlo., cubriéndolo con un platito para que no se reseque. Si va a estar mucho tiempo es mejor cubrirlo con film transparente, adhiriéndolo a la crema.

A la hora de servir, retirar el film, desmoldar y, como manda la tradición, espolvorear cacao por toda la superficie. 

 

Los vasitos

Hemos montado dos piezas (moldes de 12 cm) y con el resto unos vasitos (125 ml) que van al congelador, y que cuando salgan alegrarán y vestirán de fiesta el túper del día.

Se montan igual que las tartas, se tapa y se congela. Mejor se les añade el cacao antes de consumir.

  

Si quieres ver las recetas de mis otr@s compañer@s de desafío, visita el blog DESAFÍO EN LA COCINA. Este desafío ha sido una propuesta de Maribel del blog "A nadie le amarga un dulce". El siguiente desafío es salado y la desafiadora será M.Luz del blog "Trasteando en mi cocina"