Tenemos un pequeño huerto urbano en la
terraza que, si bien no nos autoabastece, nos da pequeñas alegrías de
vez en cuando, hierbas aromáticas, tomates, ajos y la novedad de este
verano: berenjenas blancas. No hemos podido resistirrnos y de la
preciosa mata, llena de flores y frutos, hemos cosechado la primera
berenjena. Conocimos esta variedad en una visita a la Fundación Alícia (Alimentación y Ciencia),
que lleva unos años trabajando para volver a introducir su cultivo en
la zona del Bages (Barcelona central), de donde casi había desaparecido,
situación que parece común en otros países mediterráneos, donde también
es "rara" y minoritaria.
Es una
variedad de carne firme, casi sin semillas, de sabor suave, más dulzón
que las habituales, y de textura cremosa. Resumiendo, yo diría exquisita
al paladar, lo que hace más difícil entender que no esté más extendida.
Hemos optado por cocinarla rebozada y aliñarla con un chorrito de miel. Estupendo consejo, que quiero agradecerle a Isa (Cocina con Reina), es utilizar harina de garbanzos para crear la tempura para freírla, ya no querrás probar nada más!
Un plato sencillo, fácil y sorprendente al paladar, que igual vale para aperitivo, entrante o guarnición.
Ingredientes
- 1 berenjena blanca
- 2 c/s de harina de garbanzos
- 8 c/s de agua helada
- sal
- AOVE
- Miel
Preparación
Lavar la berenjena, cortarla en rodajas finas. Colocar en un bol con agua y sal, y dejarlas reposar aproximadamente media hora.
Preparar
la pasta del rebozado mezclando la harina de garbanzos con el agua
helada y una pizca de sal, hasta obtener una pasta fina y fluida. Tener
en cuenta que si queda muy espesa la capa del rebozado será más gruesa.
Escurrir y aclarar las berenjenas. Secarlas con papel de cocina.
En una cazuela al fuego poner el aceite a calentar.
Pasar
las rodajas de berenjena por la pasta del rebozado y escurrir el
exceso. Introducir en el aceite bien caliente, freír por las dos caras
hasta que estén doradas. Para que no baje la temperatura del aceite, no
poner muchas rodajas de golpe, ir poco a poco. Una vez listas ponerlas
en un plato sobre papel de cocina para que absorba el exceso de aceite.
Emplatar calientes, y aliñar con miel.
Templadas, crujientes y con el contraste de sabores son ya un bocado imprescindible.
mmm! Que bona, i amb albergínies de l'hort de casa! La vaig tastar un cop, l'albergínia amb mel, i la veritat és que sí que queda molt i molt bona! Petons
ResponderEliminarNo he probado nunca la berenjena blanca, pero sí he probado la berenjenas con miel y son una delicia, este año no hemos plantado huerto así que las tendré que comprar, pero las prepararé seguro, nos encantan. Besos.
ResponderEliminarNos encanta la berenjena con miel, y en casa no hemos hecho, seguro que con tu receta nos animamos, tienen una pinta increíble,
ResponderEliminarbesos
Riquisimo ...Menuda pintaza tiene esa berenjena ...y blanca !! no la habia visto nunca ...le preguntare a mi abuelito del huerto, a ver si planta berenjenas blancas. Que tiene de las rayadas y violetas pero blancas no ....hummmm ya se lo dire !!
ResponderEliminarUn besete
Mila
vaya pinta que tienen las berenjenas, parece que quedaron crujientes! y esa variedad que no conocía es además muy bonita de ver....besos
ResponderEliminarque pinta! habrà que probar esas berenjenas y la harina de garbanzos!
ResponderEliminarQue boniques i quina bona pinta que tenen.
ResponderEliminarPetonets
Ostras que buenas, aunque yo utilizaré berenjenas normales, que encontrar las blancas será un trabajo demasiado complicado, jejeje. Besos. Yolanda.
ResponderEliminarQué suerte contar con un huertecito que aunque no te abastezca del todo pero puedes disfrutar de verdura de verdad. Riquísimas así.
ResponderEliminarbesos
Tienen una pinta estupenda, no conocía esta variedad de berenjenas, pero claro debo ponerme más al día en huertos. Besos!
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