Últimamente me interesan mucho las aplicaciones del agar-agar, sobre todo como gelificante y espesante. Después de hacer mis primeras intentonas y comprobar que no siempre funciona como se espera, me han entrado la curiosidad y las ganas de aprender más sobre este ingrediente y me he dedicado a investigar sobre él.
Aquí va el resumen de lo que he recopilado y de mis experiencias con este producto.
El savarín es un pastel de masa de
levadura elaborado con un molde en forma de corona circular que se moja
con almíbar y licor. Su hueco central puede rellenarse con chantilly y/o
frutas frescas. Es un clásico de la repostería francesa, donde ha ido
evolucionando desde sus inicios en el siglo XVII. Nosotros lo
presentamos con masa de dos sabores y kumquats en almíbar, el fruto
rellena la masa y el almíbar la baña, y cubierto de una capa de
chocolate negro. Esperamos que os guste.
El Reto Tía Alia
para este mes de junio en su versión salada nos propone "Calamares
rellenos", así que a partir de sus notas vamos a construir nuestra
propia versión. Como ya teníamos en el blog unos calamares rellenos de carne y setas,
hemos optado por un toque diferente. De modo que como hace tiempo
queríamos probar la mezcla de especias ras-el-hanout, la hemos utilizado
para dar sabor a un cous-cous con verduras, que es el relleno de los
calamares. Y para cocerlos y acompañarlos una salsa de cebolla con un
punto de vinagre de Módena. Un plato completo y perfecto para múltiples
ocasiones, y si sobra algo .... al túper!
La culpa la tienen los franceses. Me explico, en la última escapada al país vecino nos acercamos a Dijon a comprar mostaza y, de camino a la Borgoña, aprovechamos para visitar Lyon. Allí dimos con un mercado, Les Halles Paul Bocuse, que hace honor al prestigio del chef que le da nombre, es un paraíso para los amantes de la gastronomía. Otro día os contaré más cosas, pero hoy a lo que vamos. Entre los muchos puestos y paradas nos llamaron la atención unas charcuterías con parte de sus expositores acaparados por un producto que, de lejos, parecía un plumcake, pero que de cerca resultó ser el ya famoso "pâté en croûte". Si ves uno seguramente no pasa nada, pero si hay cincuenta, y todos diferentes, te quedas boba mirándolos. Compramos para probar, nos gustó y pasó a la lista de pendientes.
En esencia es una pasta (pâté) normalmente a base de carnes, total o parcialmente marinadas, envueltas en masa brisa (la croûte o costra) y cocida en un molde. A partir de aquí admite todas las variaciones posibles: cerdo, ternera, aves, caza, foie, especias, licores, frutos secos, huevos, verduras, gelatinas, texturas trituradas, trozos pequeños, gruesos ... Y como no, las variantes marineras a base de pescado, y las vegetales. Todo un mundo para explorar.
El resto os lo imagináis, cuando fui elegida Desafiadora VIP de junio, enseguida tuve claro mi desafío del verano: el pâté en croûte. Se puede hacer con antelación, se come frío, lo puedes llevar contigo donde quieras, admite variedad de ingredientes, se conserva unos días en el frigo, ... Todo son ventajas!
No teníamos muy claro de qué ni cómo hacerlo, así que nos hemos lanzado a probar sabores y tamaños, y el resultado es el surtido que os presentamos. Esperamos que os gusten.
Y lo dicho, la culpa de los franceses.
Te imaginas este plato de tan pomposo nombre - "Pollo de la coronación" - y dedicado a su Graciosa Majestad, como complejo de elaboración y espectacular en la presentación, digno de la celebración a la que rinde homenaje, y luego en la práctica es sencillo en los dos aspectos. Eso si, el sabor y las posibilidades de consumo son punto aparte. Al ser un plato con fuerte presencia de especias, permite combinarlas y ajustarlas un poco a gusto de cada uno, así como afinar la contundencia calórica de la salsa o el grado de picante, en fin que seguro que no hay dos iguales. En nuestro caso hemos utilizado un chutney de mango casero que incorpora jengibre, limón, guindilla, ... para darle alegría al pollo vamos.
Al comerse frío es ideal para esta época: sándwich para la playa, picnic para el campo, en el tuper de la oficina, en ensalada para cena informal, ...
Si no lo conocéis sólo queda probarlo y disfrutar!
Se acerca el veranito y con él las
fiestas populares y las verbenas. En todo el Mediterráneo, y en muchos
otros puntos, una de las más populares es la verbena de Sant Joan ... la
noche más corta del año. Hogueras, petardos, fuegos artificiales,
verbenas populares, barbacoas, baile, ... Es fácil unirse a familiares y
amigos para compartir la fiesta en torno a una mesa, donde alguien
organiza la cena o tal vez todos los asistentes aportan algún plato.
Tras
un repaso al fondo del blog, hoy os propondremos una serie de platos
que tal vez os puedan ayudar a decidir el menú, si os ha tocado preparar
la manduca o simplemente aportar algún plato. Y, sobre todo, que no
falte la coca y el cava!
Últimamente uno de los alicientes añadidos a los viajes es la gastronomía, de manera que visitar mercados y tiendas relacionadas con la alimentación, curiosear las cartas de los restaurantes, probar especialidades locales, se ha convertido en práctica habitual. A veces la comida es la excusa para viajar: no hace mucho, casi a lo tonto, nos fuimos a comprar mostaza a Dijon. De paso visitamos Lyon, donde entre otras cosas probamos una de las especialidades de su cocina: las quenelles.
De aspecto similar a una croqueta, se elaboran con harina de trigo, mantequilla, huevos y leche, en su forma básica (al natural), y se hierven en agua o en caldo. Las más elaboradas incorporan pescado (la famosa quenelle de brochet) o carne de ave.
Se les da la forma con la ayuda de dos cucharas, de manera que en muchos platos se identifica la palabra quenelle con la forma que se le da a una preparación.
Hoy os presento mi versión de unas quenelles al natural, que acompañaran unas verduras gratinadas con tomate al pesto.
Esta es una de nuestras cenas preferidas: sencilla, rápida de hacer, completa y sana. Toda una joya, más en estas épocas que apetecen cosas ligeras y equilibradas. Las espinacas, salteadas con ajo, pasas y piñones, como manda la tradición, adquieren una textura crujiente, potencian su color esmeralda y mantienen todas sus propiedades nutritivas. Y el huevo poché es una alternativa más ligera a otras preparaciones, sin renunciar a la cremosidad de la yema ("per sucar-hi pa"), ni a una clara jugosa.
La pizza es una fórmula universal que
garantiza el éxito de cualquier comida. Si se disfruta cocinando, como
es nuestro caso, buscar nuevas combinaciones y sabores se convierte en
un apasionante juego, en el que las posibilidades son casi infinitas...
Hoy
os proponemos una pizza rústica en la forma y el porte, y con unos
ingredientes que combinan a la perfección: sobre una base de masa, no
muy fina y aromatizada con romero y tomillo, disponemos sucesivamente
tomate natural, espinacas salteadas, finas láminas de bacalao desalado,
parmesano rallado, y para acabar cobertura de muselina de ajo. Un
festival de colores y sabores!, el resultado nos ha parecido increíble y
os animamos a que hagáis vuestra versión.
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