Wok de pollo con soja, miel y sésamo

Una de las cosas más divertidas de este mundo de cazuelas y fogones es ir probando cosas nuevas: ingredientes, condimentos, texturas, cocciones, utensilios, ... y luego llevar el resultado a la mesa y dejar el plato bien limpio. Y cuando algunos ingredientes son de otras culturas, o les damos un uso diferente al habitual, el reto sube de nivel y la diversión también. En este caso es una receta que mezcla salsa de soja y miel  en la cocción  del pollo de toda la vida, con un acabado de sésamo tostado, que le da un toque crujiente. Una propuesta digamos diferente.

Mi pinche-catador se acabó el plato, señal de que se puede comer, pero pidió repetir, y eso ya es indicador de que además está bueno. Seguiremos probando...

Ingredientes:

• 600 gr pechuga de pollo 
• sal 
• pimienta
• 4 c/s de aceite
• 4 c/s de salsa de tomate
• 30 ml de salsa de soja
• 60 ml de miel
• 1 cebolla
• 1 diente de ajo
• semillas de sésamo tostado 

 

 
Preparación:

Picar el ajo y la cebolla muy pequeño.

En una cazuela tipo wok calentar el aceite, salpimentar las pechugas e incorporarlas al wok. Dorar ligeramente por todos los lados.

Mientras tanto, en un bol, mezclar el ajo, la cebolla, la miel, la salsa de tomate y la soja, cubrir el pollo con la mezcla y dejar cocer tapado durante 1 hora por lo menos, (alargar el tiempo si el pollo no esta suficientemente cocido).

Una vez cocido el pollo, retirar del wok, trocear a dados grandes de unos 2 cm de lado y reservar. Espesar la salsa, añadiéndole un par de cucharadas de maicena disueltas en agua.

Incorporar el pollo una vez haya espesado la salsa, remover y dejar cocer un par de minutos más.

Servir sobre arroz blanco cocido o sobre fideos chinos. Espolvorear con sésamo tostado.

Y si sobra, o hacemos de más, es una estupenda opción para el tuper nuestro de cada día.