Scones

Panecillo tradicional en el mundo anglosajón, originario de Escocia y típico en los desayunos y meriendas. Suelen ser dulces, aunque también hay versiones saladas. Algunas recetas incorporan a la masa pasas, arándanos u otros frutos rojos. Normalmente son redondos, pero también se encuentran triangulares e incluso cuadrados.

Se sirven calientes, abiertos por la mitad, y acompañados de mermeladas y nata. Para probarlos los hemos tomado, recién hechos, con compota de manzana, mermelada de kumquat, y queso fresco con membrillo.

Ingredientes:

• 300 gr de harina
• 90 gr de mantequilla
• 2 c/s de azúcar
• 1 pizca de sal
• 1 sobre de levadura química (Royal)
• 1 c/s ralladura de limón
• 2 c/s de jengibre rallado
• 125 ml buttermilk (suero de leche)

Preparación:

Mezclar la harina con el azúcar, la levadura, el jengibre y la ralladura de limón, incorporar los taquitos de mantequilla y mezclar, frotando entre las manos hasta que obtengamos una textura arenosa, pueden quedar bolitas del tamaño de una lenteja más o menos, es igual si no queda homogénea, entonces paramos de mezclar y añadimos el suero de leche, poco a poco,  no hay que amasar, incorporar el líquido apretando la masa con la palma de la mano o estrujándola con los dedos. Trabajarla lo menos posible.  Precalentar el horno a 200º.

La masa resultante tiene una textura basta y no muy manejable, pero es mejor no amasar ya que al llevar mantequilla, si amasamos demasiado, ésta se calienta y será difícil estirarla sin que se pegue a todas partes. Aplanamos la masa , dándole forma de disco de 1 cm o 1,5 cm de grueso y cortamos con un cortapastas los scones, volver a juntar los recortes y cortar nuevos scones, repetir hasta terminar con toda la masa.

También se le puede dar forma rectangular y cortar los scones cuadrados, así se aprovecha toda la masa y no hay que moldearla otra vez para recuperar los restos.

Colocar sobre una fuente para hornear. Con la ayuda de un pincel, pintar la superficie con un poco de suero de leche (puede ser también con leche o con huevo batido). Introducir en el horno caliente y dejar cocer durante 15-20 minutos, vigilando que no se tuesten demasiado.

Recién hechos, calentitos, están en su punto. Si nos sobran, al ir a prepararlos los podemos abrir por la mitad y calentarlos un poco en la tostadora, recuperan casi todo el tono inicial.