Es una de las recetas que cuando la
ves, y la blogosfera va llena, ya sabes que acabarás preparándola. La
receta original procede de una escuela-restaurante sueca, el prestigioso
Hasselbacken, donde los alumnos recrearon una de las guarniciones más
universales, las patatas asadas.
A
partir de su forma básica que nos recuerda un acordeón, admite todos
los rellenos y acabados que se nos ocurran: jamón, bacon y queso, carne,
gratinadas, con cremas, ... y el resultado magnífico, doradas y
crujientes por fuera, pero suaves y tiernas en el interior. Pueden crear
adicción.