Memòries d'una cuinera propone en septiembre todo un clásico para el inicio de curso: Macarrones! Fijo en los menús infantiles, es difícil encontrar a alguien que no le gusten. Para esta ocasión os presentamos una receta que tiene su origen seguramente en la sabia cocina de aprovechamiento -¿qué hacer con la pasta que sobra?-, aunque también se puede preparar a propósito como en este caso. Y el nombre que tiene, pizza de macarrones, es curioso...¿no?
¿Piononos? Como siempre madame Wikipedia acude en nuestro auxilio: "El pionono en España es un pastel de tamaño pequeño elaborado tradicionalmente en Santa Fe, población muy cercana a la ciudad de Granada. Cuenta la leyenda que su nombre fue dado en honor al papa Pío IX (Pio nono
según la pronunciación en italiano del nombre). Sin embargo, estudios
recientes han demostrado que la receta del dulce es muy anterior al año 1897,
año en el que se hizo tremendamente popular de manos de Ceferino Isla.
Posiblemente se trate de un dulce de origen morisco. Sin embargo, el
nombre sí podría proceder de Isla, quien admiraba profundamente al Papa
Pío IX por haber declarado el dogma de la Inmaculada Concepción. Según otras fuentes, fueron elaborados por primera vez en Cádiz.
Se compone de dos partes: una fina lámina de bizcocho
enrollado formando un cilindro (la base del pastel), «emborrachado» con
algún tipo de líquido muy dulce que le da una textura agradable y
fresca, coronado con crema tostada. Es un pastel poco empalagoso y muy apetecible. Se puede (y se debe)
comer de uno o dos bocados, si lo permite el tamaño de la boca del
degustador".
Pues ya sabemos más que antes! Ya solo se trata de personalizar la propuesta, y después de darle algunas vueltas me decido por una refrescante crema de limón, pero luego pienso, ¿y porque no de naranja? Y al final, para no discriminar a nadie y abducida por el sonsonete de moda os presento: Piononos de limón, piononos de naranja
El grupo "Desafío en la cocina" plantea para este mes todo un clásico: Solomillo Wellington, plato con nombre inglés pero de probable origen francés. Parece ser que fué bautizado así en honor del vencedor de Napoleón en Waterloo, tal vez por eso los franceses lo llaman "filet de boeuf en croûte" (en costra), porque ya se sabe, al "enemigo" ni agua.
De entrada es un clásico que impone respeto, pero tras tres respiraciones profundas, y con la seguridad que dan buenas materias primas, y un pinche más que aceptable, vamos a por él!
Para acompañarlo hemos elegido una salsa ligeramente agridulce, con manzana y Pedro Ximénez, que según nuestro pobre criterio ha combinado con nota.
El resultado ha sido espectacular, no han sobrado ni las migas del hojaldre. Sin duda una buena opción para fiestas y ocasiones especiales.
Chocolate para los chocolateros! Postre clásico, y básico en el
repertorio de cualquier aficionado a la cocina, sección reposteria.
Según cuenta la leyenda urbana, el brownie es el resultado del error de
un cocinero al elaborar un bizcocho de chocolate al que no le puso
levadura, prueba de que los errores en cocina también pueden tener
resultados positivos. Así que si alguna vez os equivocais, probadlo!
Después del descontrol veraniego, y con la vuelta a la dura realidad del "poco tiempo", "cosas ligeritas" y "hoy que pongo", conviene recuperar buenas costumbres, y el pollo y la cocción al vapor son dos buenas opciones, que con un poco de color y sabor combinan a la perfección. Os dejamos con unas pechugas de pollo rellenas y cocidas al vapor que dan mucho juego.
Receta sencilla y sin pretensiones, pero con un aromático secreto que la hace diferente y única: gremolata. Este aderezo de la cocina italiana incorpora una pareja muy conocida también en nuestra cocina, el ajo y el perejil, y lo completa con el perfume de la ralladura de la piel de limón. La descubrimos no hace mucho de la mano de un osobuco a la milanesa y nos cautivó, así que a sacarle partido.
Como complemento al pan de hamburguesa que publicamos recientemente, faltaba un "relleno" digno y vamos a tratar de estar a la altura. Os presentamos una hamburguesa de escalivada y cebolla, es decir con pimiento rojo y berenjena asados, que acompañan a una tierna y melosa carne de ternera, para obtener una pieza de lujo.
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